Los poemas que leerán a
continuación están en su idioma original (portugués). Sin embargo, para fines
de promover la cultura y la poesía, los poemas fueron traducidos por Norma
Mattos.[1]
……………………..
EL
ESPEJO
Me
perdí en la jungla de los sentidos
Buscando
un espejo
Que
me diese paz y poesía
En
el nido del tiempo oculto.
Espejo
solo mío
Sin
distorsiones ni manchas
Pura
quemadura ensimismada,
de
verlo todo en un batir de párpados,
la
realidad en una sola figura.
Lo
busqué en una tierra sin fin
nocturna
y lejana
donde
todo comienza.
Lo
busqué en los escondrijos del bosque,
oculto
bajo las perlas del rocío
en
el hilo de agua que murmura
anticipando
el fragor del océano.
Lo
busqué en el sol, las nubes,
en
el vuelo errante de los pájaros
en
el ancho mundo que todo lo absorbe,
en
las telarañas, nidos y colmenas.
Y
el espejo fue surgiendo
a
la medida de la angustia y de la búsqueda,
espejo
igual a los demás espejos.
……………….
LUZ
INTERIOR
No
de luz, sino de sombra son mis versos,
humildes
e inadaptados,
como
quien viene de lejos y se asusta
de
un encuentro inesperado.
La
sombra es tenue luz filtrada
semejante
al reflejo de la vida interior
manso
fluir de aguas profundas
en
una veta de musgo y piedra blanca.
No
es a plena luz del sol un hilo,
pero
cuando se rompe en el horizonte
el
espíritu perplejo se inclina y
ve
en la sombra lo que la luz le oculta.
………………………………………
COLUMNAS
DEL TIEMPO
Arden
mis pies en la turba de la existencia
pies
doloridos por avances y retrocesos,
no
hay forma de aliviar el dolor intenso
que
es un látigo de preguntas y de nervios.
Me
siento como un plátano roto
pies
afincados en la tierra,
estaca
labrada y fría
relegada
a la vera del camino.
Es
lo que resta de vida
en
el laberinto
desplegado
en mil aspiraciones,
vida
barroca incierta y retorcida
a la sombra de oropeles y arabescos.
¡Cómo
las columnas dóricas perduran!
Erguidas
rectas e intocables
en
su heráldica forma hacia lo alto,
sin
frisos ni volutas que perturban
la
ascensión serena vertical.
¿Quién
recuerda ya los antiguos
ritos
a la luz del templo
templo
eleusino en la secreta unidad
de
la simiente
de
donde brotan victorias y derrotas
que
son cruz y vanidad de la especie humana?
Es
tarde, es demasiado tarde!
No
hay más púlpito o monje que lo proclame
para
que las horas vuelvan
a
su fuente en la comunión
de
hombres y de dioses.
……………………….
LA
MEMORIA
Cuando
la existencia llega a una curva
que
nada nos señala en el camino
la
gloria conquistada queda turbia,
la
corona duele más que las espinas.
Tener
nostalgia de errores y peligros
e
incluso de la herida en horas
desiguales,
es
como volver a producir
películas
antiguas
sin
gusto por vivir
en
los tiempos actuales.
Lo
sorprendente en nuestra trayectoria
es
que percibimos,
al
subir una cumbre,
que
solo queda el espejo de la memoria.
¡Cómo
es sombría aquella luz en el ocaso
cuando
la esperanza toda
se
reduce al amargo fruto
que
el azar nos da en el Acaso!
……………………
MURO
FINAL
¡Qué
pretensión de ser un puente
entrelazando
las generaciones!
¡Qué
ilusión de ser un segmento
de soñada trayectoria!
Tal
vez seamos cuentas de un rosario de amor y muerte
que
los dedos trémulos deshacen,
apenas
llegando hasta los fríos labios
o
reprimiendo el impulso de una plegaria.
Con
la añoranza de los seres que perdemos
tejemos
los hilos de la existencia
y
de repente nos damos cuenta
de
eso como quien se sorprende de la propia edad
en
las arrugas o en las manos
de
un viejo amigo.
Vivimos
y, cuanto más los años pasan,
más
nuestro ser es el ser de los encantados,
hasta
que llegamos,
ciegos
peregrinos,
junto
al muro de las lágrimas iguales.
……………………….
ASÍS
A
la clara luz del plenilunio,
envuelto
en su manto franciscano,
surgió
Asís ante mis ojos,
fuente
de amor y de consuelo humano.
Sentí
la mansedumbre del lobo
y
la frescura del agua en mi frente,
hombres
y cosas en la unidad espiritual
de
la naturaleza en fiesta.
A
gran costo reprimí
el
impulso de arrodillarme ante el diálogo
de
las campanas y me quedé,
pálido
de espanto,
sin poder hacerlo con los peregrinos.
No
quise arrodillarme en aquella hora
que
era la hora del amor y de la piedad,
pero
desde entonces
vive
de rodillas mi alma insomne
en
busca de la verdad
…………………
ENSENADA
La
suave alegría que toda tarde
se
renueva al abrir la puerta de mi lar
el
instintivo perfume guía oculto a lo largo
de
mis pasos
el
canto de los pájaros sin plumas
que
vibra en la risa de los niños
la
sorpresa de la mano trémula
cuando
descubre un nido,
misterio
infiltrado en las grietas
de
lo cotidiano abriendo un abanico
de
esperanzas y cuidados
como
la del marinero que,
al
avistar la tierra,
se
ve preso de súbito temor.
Celos
del bien que de tanto
haberse
esperado ya es muy amado
las
llaves vacilantes en la mano trémula
mientras
las sombras se agitan
como
palmas balanceándose
en
el viento
que
raya el cielo con señales,
nubes
y mensajes.
Ensimismarse
es entonces
hablar
sin verbo
guiándose
la nauta solo por la
estrella
hacia la ensenada
plácida
y nocturna
en
la intimidad cóncava
del
tiempo.
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