Artículos

lunes, 22 de noviembre de 2021

Poemas de la noche (1960)

 


Los poemas que leerán a continuación están en su idioma original (portugués). Sin embargo, para fines de promover la cultura y la poesía, los poemas fueron traducidos por Norma Mattos.[1]

                                                   ……………………..

EL ESPEJO

Me perdí en la jungla de los sentidos

Buscando un espejo

Que me diese paz y poesía

En el nido del tiempo oculto.

 

Espejo solo mío

Sin distorsiones ni manchas

Pura quemadura ensimismada,

de verlo todo en un batir de párpados,

la realidad en una sola figura.

 

Lo busqué en una tierra sin fin

nocturna y lejana

donde todo comienza.

Lo busqué en los escondrijos del bosque,

oculto bajo las perlas del rocío

en el hilo de agua que murmura

anticipando el fragor del océano.

 

Lo busqué en el sol, las nubes,

en el vuelo errante de los pájaros

en el ancho mundo que todo lo absorbe,  

en las telarañas, nidos y colmenas.

 

Y el espejo fue surgiendo

a la medida de la angustia y de la búsqueda,

espejo igual a los demás espejos.

……………….

 

LUZ INTERIOR

No de luz, sino de sombra son mis versos,

humildes e inadaptados,

como quien viene de lejos y se asusta

de un encuentro inesperado.

 

La sombra es tenue luz filtrada

semejante al reflejo de la vida interior

manso fluir de aguas profundas

en una veta de musgo y piedra blanca.

 

No es a plena luz del sol un hilo,

pero cuando se rompe en el horizonte

el espíritu perplejo se inclina y

ve en la sombra lo que la luz le oculta.

 

………………………………………

 

COLUMNAS DEL TIEMPO

Arden mis pies en la turba de la existencia

pies doloridos por avances y retrocesos,

no hay forma de aliviar el dolor intenso

que es un látigo de preguntas y de nervios.

 

Me siento como un plátano roto

pies afincados en la tierra,

estaca labrada y fría

relegada a la vera del camino.

 

Es lo que resta de vida

en el laberinto

desplegado en mil aspiraciones,

vida barroca incierta y retorcida

a la sombra de oropeles y arabescos.

¡Cómo las columnas dóricas perduran!

Erguidas rectas e intocables

en su heráldica forma hacia lo alto,

sin frisos ni volutas que perturban

la ascensión serena vertical.

 

¿Quién recuerda ya los antiguos

ritos a la luz del templo

templo eleusino en la secreta unidad

de la simiente

de donde brotan victorias y derrotas

que son cruz y vanidad de la especie humana?

 

Es tarde, es demasiado tarde!

No hay más púlpito o monje que lo proclame

para que las horas vuelvan

a su fuente en la comunión

de hombres y de dioses.

……………………….

 

LA MEMORIA

Cuando la existencia llega a una curva

que nada nos señala en el camino

la gloria conquistada queda turbia,

la corona duele más que las espinas.

 

Tener nostalgia de errores y peligros

e incluso de la herida en horas

desiguales,

es como volver a producir

películas antiguas

sin gusto por vivir

en los tiempos actuales.

 

Lo sorprendente en nuestra trayectoria

es que percibimos,

al subir una cumbre,

que solo queda el espejo de la memoria.

 

¡Cómo es sombría aquella luz en el ocaso

cuando la esperanza toda

se reduce al amargo fruto

que el azar nos da en el Acaso!

……………………

 

MURO FINAL

¡Qué pretensión de ser un puente

entrelazando las generaciones!

¡Qué ilusión de ser un segmento

de soñada trayectoria!

Tal vez seamos cuentas de un rosario de amor y muerte

que los dedos trémulos deshacen,

apenas llegando hasta los fríos labios

o reprimiendo el impulso de una plegaria.

 

Con la añoranza de los seres que perdemos

tejemos los hilos de la existencia

y de repente nos damos cuenta

de eso como quien se sorprende de la propia edad

en las arrugas o en las manos

de un viejo amigo.

 

Vivimos y, cuanto más los años pasan,

más nuestro ser es el ser de los encantados,

hasta que llegamos,

ciegos peregrinos,

junto al muro de las lágrimas iguales.

……………………….

 

ASÍS

A la clara luz del plenilunio,

envuelto en su manto franciscano,

surgió Asís ante mis ojos,

fuente de amor y de consuelo humano.

 

Sentí la mansedumbre del lobo

y la frescura del agua en mi frente,

hombres y cosas en la unidad espiritual

de la naturaleza en fiesta.

 

A gran costo reprimí

el impulso de arrodillarme ante el diálogo

de las campanas y me quedé,

pálido de espanto,

sin poder hacerlo con los peregrinos.

No quise arrodillarme en aquella hora

que era la hora del amor y de la piedad,

pero desde entonces

vive de rodillas mi alma insomne

en busca de la verdad

…………………

 

ENSENADA

La suave alegría que toda tarde

se renueva al abrir la puerta de mi lar

el instintivo perfume guía oculto a lo largo

de mis pasos

el canto de los pájaros sin plumas

que vibra en la risa de los niños

la sorpresa de la mano trémula

cuando descubre un nido,

misterio infiltrado en las grietas

de lo cotidiano abriendo un abanico

de esperanzas y cuidados

como la del marinero que,

al avistar la tierra,

se ve preso de súbito temor.

 

Celos del bien que de tanto

haberse esperado ya es muy amado

las llaves vacilantes en la mano trémula

mientras las sombras se agitan

como palmas balanceándose

en el viento

que raya el cielo con señales,

nubes y mensajes.

 

Ensimismarse es entonces

hablar sin verbo

guiándose la nauta solo por la

estrella hacia la ensenada

plácida y nocturna

en la intimidad cóncava

del tiempo.

 



[1] Profesora de portugués y español en Sao Paulo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario