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jueves, 16 de diciembre de 2021

¡Asu mare! y la educación peruana

 

1 Introducción

 

La crisis educativa sigue cuesta abajo la rodada, ahora la discusión está centrada en cómo deben ir vestidos los escolares y no en cuál es el aspecto central para solucionar a profundidad nuestra crisis educativa. Con nuestro ministro cuyo mayor aporte ha sido cambiarle la letra al arroz con leche, guiado por su impulso imaginativo les alcanzo el siguiente texto y el último ministro que en un exceso de ¡Si Señor!, se compromete en una semana y media a implementar la educación a distancia en todo el Perú, ante ello y  para su consideración, análisis y por supuesto sus opiniones, les presento el siguiente escrito para que refresquen un poco el ambiente malsano.

 

2 El papel del señor Alcántara en la educación peruana

 

El fenómeno que ha generado Carlos Alcántara en el cine peruano y a través de el en nuestra sociedad es grandioso, inusual, todos hemos reído a mandíbula batiente con sus ocurrencias que más que ser producto de su imaginación, son hechos y situaciones que él vivió y que con un talento muy singular, puede trasmitirlas con tal detalle y con tanta jocosidad, que causa atracción, fascinación y nos ata a un humor interminable y una risa perpetua.

 

El humor es el motor de toda la obra de Alcántara, sus temas los envuelve en un tono íntimo, sarcástico de denuncia, habla indistintamente de problemas cotidianos, como: drogas, familia, adolescencia, miseria, pero si profundizas notarás que tal vez sin proponérselo, en ese desnudar situaciones de manera cándida, también lo hace con nuestra educación y esto no solo lo hace en la película, sino, principalmente, en sus entrevistas escritas, televisivas y radiales.

 

La verdad, creo que sin proponérselo, Alcántara pone un acento en el problema educativo, a pesar de que no hay tema en que los peruanos, coincidan en forma mayoritaria, que para todos los problemas y males de su sociedad, siempre, por angas o mangas, en todos los niveles sociales, todos coinciden en que el elemento fundamental para superar nuestros males es mejorar la educación, pero ella «ahí, muriendo».

 

Volviendo a Alcántara, debemos precisar que cuando habla de su formación escolar se refiere a lo que le tocó vivir, es decir, estamos hablando de por lo menos treinta años atrás, sino es más; la verdad que todos los gobiernos y sobre todo a los ministros que pasaron por el sector se les debe caer la cara de vergüenza, ante la realidad que describe, ¿qué hicieron?, ¿por qué no implementaron soluciones en su momento, teniendo todos los medios a su alcance?

 

¿Qué nos dice Alcántara de su educación? Que nadie quería estudiar, que al profesor de inglés nadie lo escuchaba y preferían ir a nadar al estanque de agua de donde toda su vecindad bebía, agrega que en el salón se desarrollaban campeonatos de póker, donde estaban el profesor, el regente, el director, para hacerle frente a este despropósito, qué notas merecían esos alumnos, cómo pasaban de grado y ojo que Alcántara estudió en Lima, mejor no hablemos de cómo sería en provincias, inclusive habla de alumnos que se robaban los fluorescentes y otros enseres.

 

Como dije al comienzo, no hablamos de situaciones imaginadas, son cosas que le pasaron al señor Alcántara y que él relata magistralmente, para no dar pistas y no se crea que es una revancha de mi paso por las aulas, hablaré de varios colegios sin especificar, uno de ellos donde había un profesor que enseñaba Filosofía y Lógica, pero para poner orden no dudaba en usar a los alumnos de sparring, para demostrar sus dotes de boxeador, qué decir de su pasión por las patillas y sus sonoras cachetadas, u otra miss que golpeaba a sus alumnos de seis años con una regla, cuando estos no pronunciaban bien el francés.

 

Había otro colegio que en los salones, cuando había mucho problema con un profesor, por ser exigente y por jalar alumnos, se abrían las carpetas y en el medio se improvisaba un ring, donde el alumno desafiaba a pelear al profesor, en otro había un alumno bastante corpulento que hacía las veces de autoridad, arbitraba en cualquier controversia y era consultado por las autoridades formales para efectuar cualquier acción o tomar alguna decisión.

 

Ante tal evidencia, ¡qué dirán nuestras autoridades!, las de ayer y las de hoy, que  no sabían, es que no estudiaron aquí, como se cobra un sueldo y no se hace nada por solucionar un tema de tanta importancia para una sociedad; y para no dejar resquicio a duda alguna, mostraremos estadísticas que resultan tras evaluar el rendimiento académico de nuestros escolares, a través de pruebas de carácter tanto nacional como internacional, que corroboran lo que decimos:

 

a.    Evaluación Censual de Estudiantes (ECE), hecha por el gobierno este último lustro:

 

-  El 69 % de estudiantes no entienden lo que leen.

-  El 87 % de estudiantes no pueden resolver problemas matemáticos.

 

b.    Evaluación de Rendimiento Académico, (PISA), durante la última década:

 

-       Ocupamos el penúltimo lugar en razonamiento matemático.

-       Ocupamos el antepenúltimo lugar en razonamiento verbal.

 

Ante lo profundo del problema buscaremos ser bíblicos, cuando en ella se afirma la máxima: «por sus frutos los conoceréis» y el resultado de las evaluaciones no deja la menor duda, sobre la grave crisis en la que nos encontramos, confirmando que nuestra educación hace agua por más de treinta años y las soluciones no dan resultado o simplemente no se hace nada por mejorarla.

 

Resulta pues que Alcántara juega el papel del personaje de la novela de Wilde, es el niño afirmando inocentemente que el rey está desnudo y poniendo al descubierto una trama de engaños, que habían urdido unos trúhanes, que con base en simples manipulaciones, embaucaron al rey y a su corte, todos cayeron en el engaño pueril, porque a pesar de tener intereses disimiles, querían dejarse engatusar, tal como hoy sucede con los actores de nuestra educación, sumado al hecho que es más fácil y menos trabajoso que efectuar transformaciones y enfrentar los problemas de principio a fin.

 

El cómico con la naturalidad que lo caracteriza muestra la crisis en su terrible magnitud, si aceptamos la descripción, somos honestos y autocríticos, nos permitirá llegar a un momento de corte, a un punto de inflexión, el que podríamos utilizar para dar pie a la solución de tan inveterado problema o, de lo contrario, podríamos seguir engañándonos y cerrar los ojos ante tan clara evidencia. Voto por empezar la tarea con modestia y absoluta sinceridad.  

 

¿Por qué resalto lo hecho por el señor Alcántara? Porque logra construir una caracterización muy clara del calamitoso estado en el que se encuentra nuestra educación y más aun no lo hace por lograr asegurarse un puesto público, no quiere ser ministro de educación o poner una institución educativa, es una persona que retrata la ruinosa realidad que vivió, de manera honesta, una virtud muy poco usual en todas las personas, que hasta ahora supuestamente ha querido solucionar el problema, desde las limitaciones de sus intereses.

 

Lo señalado por el señor Alcántara no admite oposición, su poca contaminación con el medio le da autoridad moral a él y a nosotros como sociedad perjudicada, para pedir a las autoridades competentes, que acepten el hecho que este sistema educativo no sirve y que el cambio es desde la base, porque si no empezamos bajo esa premisa, todas las demás medidas son un maquillaje y dejar para mañana, lo que nos viene destruyendo ayer y  hoy.

 

Hasta aquí el comentario sobre el papel del señor Alcántara y la admiración por haber conseguido, evidenciar el problema, pero no nos podemos quedar en solo la descripción, años de enseñar, asesorar y ser consultor educativo, nos permiten diseñar una propuesta sólida con base en la teoría y en la práctica, implementando diversos caminos para alcanzar la meta vital de mejorar la enseñanza.

 

3 Una propuesta para mejorar la calidad educativa

 

Establecido el norte, la naturaleza de este articulo (su extensión), nos limita a centrarnos en un punto que hará girar los engranajes que posibilitarán el cambio, en principio lo más inteligente, resulta pues actuar e incidir en aquello que el ministerio y las instituciones educativas, tienen bajo su directa responsabilidad, ámbito de influencia y radio de acción, una de las posibilidades que cumple con los requisitos expuestos, es trabajar en el examen de admisión a las universidades, (Tercer engranaje/Cómo se evalúa).

 

¿Por qué cambiar el examen de admisión? Porque en una realidad de híper competencia, entre las universidades por captar postulantes, (arrebatarse), el examen ha devenido en una mera formalidad, todos los aprueban y otros evitan rendirlo a través de vericuetos creados por las universidades, (talento, primeros puestos, etc.), que solo buscan hacer más fácil el ingreso y la permanencia en la carrera. Esta situación atrae a los postulantes, porque las únicas trabas son el tiempo y el pago para graduarse, no se genera competencia académica, se propende al menor esfuerzo, en el trabajo intelectual.

 

La situación descrita genera el fenómeno de la masificación en mediocridad, expresado en que la mayoría de postulantes ingresan a las universidades y optan por carreras cuya demanda laboral está más que cubierta y graduarse resulta cada día menos ventajoso, por el gran número de profesionales en ejercicio existentes. Este acceso masivo envilece y degrada la enseñanza, elimina la meritocracia académica, porque todos pasan, sin exigencia académica y con bajo nivel académico, sin estudiar a profundidad, a ojos vista nuestra propuesta de cambiar el examen de admisión resulta más que coherente.

 

Proponemos que el examen de admisión, vuelva a servir de filtro de suficiencia académica, convirtiéndose en una valla alta para aquellos que no cuentan con la madurez y el nivel académico requerido, impidiéndoles ingresar a la universidad, asegurando un estándar promedio de conocimientos en los ingresantes, es un control de calidad que obligaba a los que no habían hecho el esfuerzo suficiente, o no habían alcanzado el nivel requerido en la etapa escolar, a preparase mejor o de lo contrario no ingresaban.

 

Otra razón de peso, es que a pesar que el cambio propuesto, incide en el nivel universitario. Este examen permitía testear el trabajo de los colegios, porque si sus exalumnos no aprueban el examen, delatará sus flaquezas y obligándolos a mejorar el nivel de su enseñanza, de lo contrario no tendrían nuevos alumnos, generando un círculo virtuoso de exigencia académica que tenía un alcance e influencia en dos niveles de nuestra educación, potenciándose ambos.

 

Estas deficiencias tienen su correlato en la realidad y se expresan a través de estadísticas. El Perú tenía treinta y cinco universidades hasta el año 1990, hoy tenemos más de 100 y con 400 filiales que justificaría este desbordado crecimiento, ¿acaso ha mejorado la enseñanza?, siendo lo peor como mantener este crecimiento y como  competir entre ellas, lamentablemente optaron por lo más sencillo, bajar la exigencia académica y empezaron con el circulo vicioso que hoy padecemos. Cabe anotar que estas cifras han variado por intervención de la Sunedu.

 

4 Conclusión

 

Aunque no conozco personalmente al señor Alcántara, termino agradeciendo que con su honestidad, bonhomía y talento nos describe palmariamente un gran problema que afecta a nuestro país, la mala educación, y que en paralelo constituye el primer paso para solucionarlo, es decir, reconocer que existe la deficiencia, luego caracterizarla y con base en ese avance, generar el conocimiento que dirigirá nuestras acciones y las herramientas que posibilitarán llegar a solucionarlo.

 

Para las autoridades un llamado de atención, Alcántara posee información de primera mano, son sus vivencias recogidas desde el interior de la realidad, que queremos mejorar todos, sin intereses subalternos, desde una mirada directa, préstenle atención, analicen, planifiquen futuras acciones y cambios, con base en lo brindado por este ciudadano con total honestidad.


Escrito por: Andrés Aguinaga Oliver
Compendio El Jurista Nueva Era, vol. 2 (2021)



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