1 Introducción
La crisis educativa sigue cuesta
abajo la rodada, ahora la discusión está centrada en cómo deben ir vestidos los
escolares y no en cuál es el aspecto central para solucionar a profundidad
nuestra crisis educativa. Con nuestro ministro cuyo mayor aporte ha sido
cambiarle la letra al arroz con leche, guiado por su impulso imaginativo les
alcanzo el siguiente texto y el último ministro que en un exceso de ¡Si Señor!, se compromete en una semana
y media a implementar la educación a distancia en todo el Perú, ante ello
y para su consideración, análisis y por
supuesto sus opiniones, les presento el siguiente escrito para que refresquen
un poco el ambiente malsano.
2 El papel del señor Alcántara en la educación peruana
El fenómeno que ha generado Carlos
Alcántara en el cine peruano y a través de el en nuestra sociedad es grandioso,
inusual, todos hemos reído a mandíbula batiente con sus ocurrencias que más que
ser producto de su imaginación, son hechos y situaciones que él vivió y que con
un talento muy singular, puede trasmitirlas con tal detalle y con tanta
jocosidad, que causa atracción, fascinación y nos ata a un humor interminable y
una risa perpetua.
El humor es el motor de toda la obra
de Alcántara, sus temas los envuelve en un tono íntimo, sarcástico de denuncia,
habla indistintamente de problemas cotidianos, como: drogas, familia,
adolescencia, miseria, pero si profundizas notarás que tal vez sin
proponérselo, en ese desnudar situaciones de manera cándida, también lo hace
con nuestra educación y esto no solo lo hace en la película, sino,
principalmente, en sus entrevistas escritas, televisivas y radiales.
La verdad, creo que sin proponérselo,
Alcántara pone un acento en el problema educativo, a pesar de que no hay tema en que los peruanos, coincidan en forma mayoritaria, que
para todos los problemas y males de su sociedad, siempre, por angas o mangas,
en todos los niveles sociales, todos coinciden en que el elemento fundamental
para superar nuestros males es mejorar la educación, pero ella «ahí, muriendo».
Volviendo a Alcántara, debemos
precisar que cuando habla de su formación escolar se refiere a lo que le tocó
vivir, es decir, estamos hablando de por lo menos treinta años atrás, sino es
más; la verdad que todos los gobiernos y sobre todo a los ministros que pasaron
por el sector se les debe caer la cara de vergüenza, ante la realidad que
describe, ¿qué hicieron?, ¿por qué no implementaron soluciones en su momento,
teniendo todos los medios a su alcance?
¿Qué nos dice Alcántara de su
educación? Que nadie quería estudiar, que al profesor de inglés nadie lo
escuchaba y preferían ir a nadar al estanque de agua de donde toda su vecindad
bebía, agrega que en el salón se desarrollaban campeonatos de póker, donde
estaban el profesor, el regente, el director, para hacerle frente a este
despropósito, qué notas merecían esos alumnos, cómo pasaban de grado y ojo que
Alcántara estudió en Lima, mejor no hablemos de cómo sería en provincias,
inclusive habla de alumnos que se robaban los fluorescentes y otros enseres.
Como dije al comienzo,
no hablamos de situaciones imaginadas, son cosas que le pasaron al señor
Alcántara y que él relata magistralmente, para no dar pistas y no se crea que
es una revancha de mi paso por las aulas, hablaré de varios colegios sin
especificar, uno de ellos donde había un profesor que enseñaba Filosofía y Lógica, pero para poner orden no dudaba en usar a
los alumnos de sparring, para
demostrar sus dotes de boxeador, qué decir de su pasión por las patillas y sus
sonoras cachetadas, u otra miss que
golpeaba a sus alumnos de seis años con una regla, cuando estos no pronunciaban
bien el francés.
Había otro colegio
que en los salones, cuando había mucho problema con un profesor, por ser
exigente y por jalar alumnos, se abrían las carpetas y en el medio se
improvisaba un ring, donde el alumno desafiaba a pelear al profesor, en otro
había un alumno bastante corpulento que hacía las veces de autoridad, arbitraba
en cualquier controversia y era consultado por las autoridades formales para
efectuar cualquier acción o tomar alguna decisión.
Ante tal evidencia, ¡qué dirán
nuestras autoridades!, las de ayer y las de hoy, que no sabían, es que no estudiaron aquí, como se
cobra un sueldo y no se hace nada por solucionar un tema de tanta importancia
para una sociedad; y para no dejar resquicio a duda alguna, mostraremos
estadísticas que resultan tras evaluar el rendimiento
académico de nuestros escolares, a través de pruebas de carácter tanto nacional
como internacional, que corroboran lo que decimos:
a.
Evaluación Censual de Estudiantes
(ECE), hecha por el gobierno este último lustro:
- El 69 % de estudiantes no entienden lo que leen.
- El 87 % de estudiantes no pueden resolver problemas matemáticos.
b.
Evaluación de Rendimiento
Académico, (PISA), durante la última década:
-
Ocupamos el penúltimo lugar en
razonamiento matemático.
-
Ocupamos el antepenúltimo lugar en
razonamiento verbal.
Ante
lo profundo del problema buscaremos ser bíblicos, cuando en ella se afirma la
máxima: «por sus frutos los conoceréis» y el resultado de las evaluaciones no
deja la menor duda, sobre la grave crisis en la que nos encontramos,
confirmando que nuestra educación hace agua por más de treinta años y las
soluciones no dan resultado o simplemente no se hace nada por mejorarla.
Resulta
pues que Alcántara juega el papel del personaje de la novela de Wilde, es el
niño afirmando inocentemente que el rey está desnudo y poniendo al descubierto
una trama de engaños, que habían urdido unos trúhanes, que con base en simples
manipulaciones, embaucaron al rey y a su corte, todos cayeron en el engaño
pueril, porque a pesar de tener intereses disimiles, querían dejarse engatusar,
tal como hoy sucede con los actores de nuestra educación, sumado al hecho que
es más fácil y menos trabajoso que efectuar transformaciones y enfrentar los
problemas de principio a fin.
El
cómico con la naturalidad que lo caracteriza muestra la crisis en su terrible
magnitud, si aceptamos la descripción, somos honestos y autocríticos, nos
permitirá llegar a un momento de corte, a un punto de inflexión, el que podríamos
utilizar para dar pie a la solución de tan inveterado problema o, de lo
contrario, podríamos seguir engañándonos y cerrar los ojos ante tan clara
evidencia. Voto por empezar la tarea con modestia y absoluta sinceridad.
¿Por
qué resalto lo hecho por el señor Alcántara? Porque logra construir una
caracterización muy clara del calamitoso estado en el que se encuentra nuestra
educación y más aun no lo hace por lograr asegurarse un puesto público, no
quiere ser ministro de educación o poner una institución educativa, es una
persona que retrata la ruinosa realidad que vivió, de manera honesta, una virtud
muy poco usual en todas las personas, que hasta ahora supuestamente ha querido
solucionar el problema, desde las limitaciones de sus intereses.
Lo
señalado por el señor Alcántara no admite oposición, su poca contaminación con
el medio le da autoridad moral a él y a nosotros como sociedad perjudicada,
para pedir a las autoridades competentes, que acepten el hecho que este sistema
educativo no sirve y que el cambio es desde la base, porque si no empezamos
bajo esa premisa, todas las demás medidas son un maquillaje y dejar para
mañana, lo que nos viene destruyendo ayer y
hoy.
Hasta
aquí el comentario sobre el papel del señor Alcántara y la admiración por haber
conseguido, evidenciar el problema, pero no nos podemos quedar en solo la
descripción, años de enseñar, asesorar y ser consultor educativo, nos permiten
diseñar una propuesta sólida con base en la teoría y en la práctica,
implementando diversos caminos para alcanzar la meta vital de mejorar la
enseñanza.
3 Una propuesta para mejorar
la calidad educativa
Establecido el norte, la naturaleza
de este articulo (su extensión), nos limita a centrarnos en un punto que hará
girar los engranajes que posibilitarán el cambio, en principio lo más
inteligente, resulta pues actuar e incidir en aquello que el ministerio y las
instituciones educativas, tienen bajo su directa responsabilidad, ámbito de
influencia y radio de acción, una de las posibilidades que cumple con los
requisitos expuestos, es trabajar en el examen de admisión a las universidades,
(Tercer engranaje/Cómo se evalúa).
¿Por
qué cambiar el examen de admisión? Porque en una
realidad de híper competencia, entre las universidades por captar postulantes,
(arrebatarse), el examen ha devenido en una mera formalidad, todos los aprueban
y otros evitan rendirlo a través de vericuetos creados por las universidades,
(talento, primeros puestos, etc.), que solo buscan hacer más fácil el ingreso y
la permanencia en la carrera. Esta situación atrae a los postulantes,
porque las únicas trabas son el tiempo y el pago para graduarse, no se genera competencia académica, se propende al menor
esfuerzo, en el trabajo intelectual.
La situación descrita genera el fenómeno de la
masificación en mediocridad, expresado en que la mayoría de postulantes
ingresan a las universidades y optan por carreras cuya demanda laboral está más
que cubierta y graduarse resulta cada día menos ventajoso, por el gran número
de profesionales en ejercicio existentes. Este acceso masivo envilece y degrada
la enseñanza, elimina la meritocracia académica, porque
todos pasan, sin exigencia académica y con bajo nivel
académico, sin estudiar a profundidad, a ojos
vista nuestra propuesta de cambiar el examen de admisión resulta más que
coherente.
Proponemos que el examen de
admisión, vuelva a servir de filtro de suficiencia académica, convirtiéndose en una valla alta para
aquellos que no cuentan con la madurez y el nivel académico requerido,
impidiéndoles ingresar a la universidad, asegurando un estándar promedio de
conocimientos en los ingresantes, es un control de calidad que obligaba a los
que no habían hecho el esfuerzo suficiente, o no habían alcanzado el nivel
requerido en la etapa escolar, a preparase mejor o de lo contrario no
ingresaban.
Otra razón de peso,
es que a pesar que el cambio propuesto, incide en el nivel universitario. Este
examen permitía testear el trabajo de los colegios, porque si sus exalumnos no
aprueban el examen, delatará sus flaquezas y obligándolos a mejorar el nivel de
su enseñanza, de lo contrario no tendrían nuevos alumnos, generando un círculo
virtuoso de exigencia académica que tenía un alcance e influencia en dos
niveles de nuestra educación, potenciándose ambos.
Estas deficiencias
tienen su correlato en la realidad y se expresan a través de estadísticas. El
Perú tenía treinta y cinco universidades hasta el año 1990, hoy tenemos más de
100 y con 400 filiales que justificaría este desbordado crecimiento, ¿acaso ha
mejorado la enseñanza?, siendo lo peor como mantener este crecimiento y como competir entre ellas, lamentablemente optaron
por lo más sencillo, bajar la exigencia académica y empezaron con el circulo
vicioso que hoy padecemos. Cabe anotar que estas cifras han variado por
intervención de la Sunedu.
4 Conclusión
Aunque no conozco
personalmente al señor Alcántara,
termino
agradeciendo que con su honestidad, bonhomía y talento nos
describe palmariamente un gran problema que afecta a nuestro país, la mala
educación, y que en paralelo constituye el primer paso para solucionarlo, es
decir, reconocer que existe la deficiencia, luego caracterizarla y con base en
ese avance, generar el conocimiento que dirigirá nuestras acciones y las
herramientas que posibilitarán llegar a solucionarlo.
Para
las autoridades un llamado de atención, Alcántara posee información de primera
mano, son sus vivencias recogidas desde el interior de la realidad, que
queremos mejorar todos, sin intereses subalternos, desde una mirada directa,
préstenle atención, analicen, planifiquen futuras acciones y cambios, con base
en lo brindado por este ciudadano con total honestidad.
Escrito por: Andrés Aguinaga Oliver
Compendio El Jurista Nueva Era, vol. 2 (2021)
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